sábado, 28 de febrero de 2015

Nueva reseña en LA ODISEA DEL CUENTISTA

¡Queridos susurrantes!

Aunque no firméis, sé que estáis ahí...

Hoy os traigo una nueva reseña de la obra que esconde este blog: SUSURROS EN SACHSENHAUSEN.

Y es una reseña especial para mí, no solo porque la persona que la ha escrito es una gran escritora y conocedora de la literatura, sino porque además fue mi correctora. ISABEL DEL RIO SANZ.

Tras acabar de pulir el manuscrito, temía mucho a dos cosas.

La primera: que ella lo leyese y su bolígrafo rojo dijera al final del informe: Este manuscrito no sirve para nada, que escriba otra cosa.

La segunda: que al lector, una vez publicado, tampoco le gustase.

La primera piedra, como veréis por sus palabras, la esquivé.

La segunda, solo el tiempo puede decirlo. De momento las pocas críticas que he recibido son buenas. Y eso ya me ayuda a liberarme un poquito de mis propios demonios.

Si has llegado hasta aquí, y tienes dudas, y no sabes si comprar mi obra o no...

Te doy una razón más para que si lo hagas. O más bien, Isabel te da algunas:

“Susurros en Sachsenhausen de Rebeca Bañuelos cayó en mis manos en forma de diamante en bruto.

Encontramos una trama principal que podemos seguir sin perdernos en ningún momento, una historia de amor que va más allá de los romances actuales, un viaje interno representado en una dura excursión por el infierno, giros bien llevados y personajes que nos dejan ver los recovecos más profundos de su pensamiento.”


Leed la reseña completa aquí:

http://laodiseadelcuentista.blogspot.com.es/2015/02/resena-de-susurros-en-sachsenhausen-de.html

Y de paso, de la que entráis en su blog, no dudéis en quedaros y fisgonear, porque encontraréis muchas cosas interesantes...

¡Un abrazo!

jueves, 26 de febrero de 2015

BANDA SONORA de SUSURROS EN SACHSENHAUSEN

¡Queridos lectores!

Hoy os muestro no solo parte de la banda sonora de Susurros en Sachsenhausen, sino las canciones que me ayudaron a seguir creando cuando las fuerzas se iban esfumando de a poquito.

Soy de las personas que cuando escribe necesita una banda sonora acorde con lo que va sintiendo durante la narración. Me gustan los silencios duros que me ayudan a crear, pero a la vez necesito algo que me empuje, que me guíe en mi camino cuando los dedos se me atascan sobre las teclas por culpa de las emociones intensas.

Durante la creación de Susurros en Sachsenhausen, las emociones que me abrazaron fueron muchas y la mayoría tan devastadoras que sin música me hubiera resultado imposible seguir. Mientras mis dedos intentaban pronunciar letras, fueron tres las canciones que más me acompañaron.

¿Solo tres?

Sí, solo tres.

Una de ellas la utilicé en bucle durante toda la narración, desde el comienzo hasta el capítulo 6.
La elegida fue la primera canción de la banda sonora de una película: La Lista de Schindler. Película que me emocionó muchísimo cuando al vi y que siempre ha estado ahí en mi memoria. Y esta primera canción siempre consigue removerme por dentro, hacerme llorar, consigue que sienta mi corazón dentro de un puño que se va cerrando, arisionándolo. Está creada por John Williams, e interpretada al violín por Itzhak Perlman. Por eso la elegí para la realización del booktrailer también. Porque su esencia y el aroma que desprende a medida que avanza mostraban muy bien mis sentimientos al escribir.

Si la queréis escuchar en bucle, buscad: “Theme from Schindler's List” interpretada por la “Boston Symphony Orchestra”. En este enlace de Youtube las tenéis todas.



A partir de ese capítulo tomó su relevo otra canción que es importante durante la trama. Una canción que expresaba muy bien los sentimientos propios de mi yo escritor y los que debía sentir la protagonista de esta historia, Saoirse. Una canción que ayudó a dar forma a una reflexión, y que sentí que me venía como anillo al dedo.

Esta canción es de la banda Trivium y se llama: “Watch the World Burn”. Me pareció perfecta desde la elaboración del guión, cuando mis Susurros solo eran meras ideas enlazadas y muchos sentimientos enfrentados. Mientras buscaba entre el montón de canciones de mi disco duro esta se apareció frente a mí como la clave perfecta para un momento determinado de la trama, y la utilicé para escribir hasta que otra comenzó a nacer cobrando mucha fuerza.



Al mismo compás que la narración, nació una nueva canción. Esta vez de “Arch Enemy”, una de mis bandas favoritas sin la que mi vida sería muy distinta. Brotó la canción junto con la brisa de esperanza que quería mostrar cerca del final.

Under the black flag We March”, con esos pasos del comienzo como si estuviese caminando un ejército, al mismo ritmo unos de otros, y con los posteriores ritmos acompasados y la letra inspiradora y soñadora, mostrada desde la voz desgarrada y gutural de mi Angela Gossow, explicaba muy bien ese sentimiento de unidad con el que la protagonista sueña, con el que yo y tantos otros como yo soñamos, para recobrar un poco de la fuerza que se marchita al salir de las instalaciones.


Esta canción de Arch Enemy expresa muy bien ese sentimiento de unidad, de resistencia, de rebeldía, de la fuerza que todos tenemos dentro y que debemos mostrar. Nuestro propio inconformismo frente a las injusticias.

Estas tres canciones, las vi desde el inicio de la creación, como la base perfecta para la presentación, el nudo y el desenlace de la obra.

La primera acompañó mis lágrimas, mi tristeza, a cada nota llorada por el violín mis ojos se empañaban.

La segunda me ayudó a verter todos esos sentimientos de ira, de confusión, de reflexión.

Y la tercera y última, me regaló esperanza. Unidad. Sueños.

Quizá por ello son tan importantes para mí.

Hubo alguna canción más que podrían pertener a la lista de la banda sonora completa de mi obra, como las que aparecen en el resto de la narración y que aquellos que hayáis leído la novela conoceréis. Esas me acompañaron durante los momentos de escritura de las diferentes escenas, pero fueron solo estas tres canciones las que escuché en bucle, una y otra vez. Estasa tres son imprescindibles, y las sentí como una especie de mantra gracias al que todo fluyó con normalidad, gracias al que las letras siguieron naciendo a pesar del dolor.

Mi vida está llena de canciones y por consecuencia de letras que ponen banda sonora a mis propios momentos vividos, y por ello mis letras derramadas en papel siempre llevan pinceladas de la música que me ayuda a seguir adelante y que me inspira para crear. No puedo vivir sin la música. No sería la misma persona sin ella.

Espero que al menos disfrutéis alguna de las tres. Quizá las dos últimas al ser extreme-metal no podáis sentirlas con la misma intensidad, pero seguro que la primera os encandila y os hace sentir un montón de sensaciones. Aún así os recomiendo darles una oportunidad a las dos últimas.

Y ya por desear, sería un puntazo que leyerais la novela, y a su vez, dierais al play cuando surgieran estas canciones, o bien que recordarais esas escenas mientras las escucháis. ¡Sería genial! Si lo hacéis, ¿me contáis las sensaciones?

viernes, 20 de febrero de 2015

Primera reseña en el blog Cielos de Papel

Primera reseña de Susurros en Sachsenhausen, en el blog CIELOS DE PAPEL, de la mano de Lidia.

"Susurros en Sachsenhausen es mucho más que una novela: es un viaje "físico" a un lugar que se mantiene en pie como recordatorio de los límites que es capaz de cruzar el ser humano cuando reinan la impunidad y la falta de escrúpulos y, al mismo tiempo, un viaje emocional e íntimo que comparte la autora con el lector."

Leer la reseña completa en este enlace, y de paso descubrid un blog con personalidad.

http://mylittlelibraryinthesky.blogspot.com.es/2015/02/susurros-en-sachsenhausen-rebeca.html

Cuando lees la primera reseña de tu primera obra publicada (autopublicada), la sensación es indescriptible.

Mientras la leía en voz alta no he podido parar de temblar de los nervios. Y es que Marisa Sicilia me ha anclado en un comentario y gracias a eso he podido conocer lo que Lidia pensaba de mis Susurros.

Esa sensación de miedo, angustia e incertidumbre por las palabras que vas a leer, esa sensación de liberar esos tres sentimientos al tiempo que van dejando paso a una sonrisa enorme e infinita que se planta en tu cara, ha sido algo que nunca olvidaré.

La imagen que la autora del blog ha escogido para acompañar a la reseña me ha encantado, porque dice muchísimo. Al igual que mi obra, susurra un montón de palabras de esas que encogen el alma. Por eso he decidido despedirme con ella.

Gracias a Lidia por sus preciosas palabras.


lunes, 16 de febrero de 2015

¿CÓMO NACIÓ SUSURROS EN SACHSENHAUSEN?

¿Cómo nació esta obra?

En la “Nota de la Autora” que contiene la novela lo explico bastante bien. Esta obra nació ante todo de un proceso de liberación emocional.

Susurros en Sachsenhausen germinó por una necesidad de escribir para liberar la angustia y el nudo en el estómago que sentí durante mi visita al campo de concentración.

Cuando cruzas este tipo de puertas y la realidad te golpea con la intensidad con la que me sacudió a mí en aquel momento, se hace imposible no escribir si quieres que el dolor de cabeza y de estómago que te aprisionan, cesen y desaparezcan.

Siempre he sido demasiado emocional. Por un lado es algo bueno porque te hace mirar el mundo desde otros ojos, pero otras veces, cuando lo que ves te duele demasiado, te hace daño y es necesario vaciarse para continuar.

No vuelves a ser la misma persona que eras, pero necesitas dejarlo atrás para poder seguir con tu rutina.

Y mi forma de seguir fue crear. Crear para que quedase constancia de lo vivido, para que las personas recuerden la historia, pero ante todo para no olvidarme yo misma de lo que sentí.

Pensé en todos los muertos en el mundo. Muertes motivadas por ideas políticas, raciales, sociales, religiosas, y sentí que no podía callar.

Pensé en los muertos allí, en todos los que estuvieron presos en el campo y en otros campos, en la propia historia de mi país, en lo que podrían haber sido todas esas personas y en todos sus sueños e ilusiones, y un escozor tintineó debajo de mi piel.

Por los supervivientes, pero sobre todo por las voces que fueron acalladas en Sachsenhausen, y en general, por todas las almas silenciadas en cualquier parte del mundo, decidí escribir.

Porque creo que ya es hora de que el ser humano sea realmente consciente de su propia no humanidad y recuerde la historia, evolucione y no la repita. Y nos basta mirar los telediarios y los periódicos, en la actualidad, para saber que no cesamos de cometer viejos errores, de maneras distintas, pero viejos errores al fin y al cabo.

Y mi esperanza de cambio puede parecer demasiado utópica en pleno siglo XXI, cuando no debería ser así, pero dicen que la esperanza es lo último que se pierde y sé que hay personas que realmente merecen la pena.

Por ello, decidí escribir y no silenciar mis sentimientos. Y me pareció interesante escribir un canto a la unidad, a la fraternidad y a la libertad de los seres humanos, narrado desde un campo de concentración.

Las palabras, mis palabras, cobraron más intensidad al ser lanzadas y soñadas allí.

Porque aunque las escribí al llegar a casa, meses después de mi visita al campo de Sachsenhausen, comenzaron a fraguarse mientras recorría las instalaciones, bombardeando mi cabeza con pequeñas imágenes demasiado nítidas.

En una libreta de tapas negras comenzó esta aventura, mientras un autobús cualquiera regresaba a un hotel de Berlín.